Noticias

6/recent/ticker-posts

El Umbral de los Ecos - VIII

 🜂 CAPÍTULO VIII


El Pacto de los Fragmentos

El Umbral ya no se manifestaba como grieta en el cielo.
  Su presencia era silenciosa, como un latido que solo ellos podían sentir.
  El jardín de recuerdos brillaba a su alrededor, cada fragmento suspendido en luz y sombra, recordando lo que había sido y lo
que aún podía ser.

Lía, Kael y Nara se sentaron en círculo sobre la tierra tibia.
  Los fragmentos flotaban a su alrededor, como luciérnagas conscientes de que algo estaba a punto de suceder.

—Hemos cruzado —dijo Kael—, hemos escuchado, hemos sembrado.
  —Pero ahora debemos decidir —añadió Lía—. No solo por nosotros, sino por todo lo que nos rodea.

Nara dibujó espirales en el aire, cada trazo iluminando un fragmento que parecía contener todas las posibilidades.
  —El Umbral no nos fuerza —dijo—. Nos ofrece la elección.

🌟 El compromiso

Cada uno extendió su mano al centro del círculo.
  Sus dedos se rozaron, y la luz de los fragmentos reaccionó: empezó a girar lentamente alrededor de ellos, formando una espiral que los conectaba.

—Si cruzamos juntos —dijo Lía—, lo haremos conscientes de lo que somos y de lo que podemos ser.
  —Si uno falla, los otros recordarán —añadió Kael—. Porque los fragmentos no olvidan.
  —Y porque nadie merece ser olvidado —concluyó Nara.

El aire vibró con intensidad, como si el jardín mismo reconociera la seriedad del pacto.
  La espiral de luz creció y los envolvió, cada fragmento resonando al ritmo de sus emociones.


🌀 El Umbral Interior

Dentro de la espiral, cada uno vio su Umbral Interior.

  Lía percibió a su madre, cantando la canción que nunca había aprendido, abrazándola con ternura.
  Kael vio su traición, el instante en que eligió olvidar, y el rostro de la persona afectada: era él mi
smo.
  Nara vio su muerte futura, no como tragedia, sino como entrega, y sonrió con aceptación.

—El pacto —dijo Lía— no es cruzar. Es decidir hacerlo juntos.
  —No es fuerza —agregó Kael—. Es intención.
  —No es final —concluyó Nara—. Es principio.

🌿 Los fragmentos se alinean

Los fragmentos comenzaron a descender del aire y posarse sobre ellos.
  No dolía. No era invasivo. Cada uno sentía cómo los ecos se fusionaban con su esencia, integrando recuerdos, emociones y posibilidades en un todo coherente.

—Somos fragmentos —dijo Lía—. Pero juntos, somos completos.
  —Y el Umbral —añadió Kael— no nos manipula. Nos revela.

La espiral de luz se transformó en un puente suspendido sobre el jardín.
  No conectaba lugares, sino momentos y decisiones.
  Cada paso que dieron sobre él resonaba con las acciones que habían tomado y las que tomarían.

🌌 La luz que nos guía

Cuando al fin se detuvieron, la luz de los fragmentos se dispersó suavemente por todo el jardín, iluminando caminos que antes no existían.
  El Umbral ya no estaba ausente ni distante.
  Estaba dentro de ellos y en cada eco que decidieran escuchar y sembrar.

—Ahora entendemos —dijo Nara—.
  —No podemos regresar —añadió Kael—, porque no hemos salido.
  —Solo podemos avanzar —concluyó Lía—. Y hacerlo juntos.

El pacto estaba sellado. No con palabras, sino con intención y presencia.
  La espiral de luz se cerró lentamente, dejando el jardín iluminado por los ecos, y una sensación de calma que llenaba cada rincón de su ser.

Y sobre la tierra, escrito con luz que nadie más podría ver:

"El pacto no es cruzar. Es decidir hacerlo juntos."


Publicar un comentario

0 Comentarios